12m2: Piano

viernes, 6 de mayo de 2011

Piano

Todas las notas de la música estaban en las teclas blancas y negras; toda la música que oprimía el corazón como una cadena candente, que despertaba su nostalgia y sin embargo, lo consolaba, estaba oculta detrás de la madera negra del piano. Él intentaba hacerla surgir con sus torpes dedos.

Shanghai Hotel - Vicki Baum

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Cine

El cine es mi gran pasión y por eso le dedico mi otro blog, Ma Boîte à Films. Tengo la gran ayuda de un gran hombre, y no lo digo porque sea su hija, que me enseña todo lo que sabe sobre cine y comparte conmigo cada pequeño detalle de este gran arte, que también él comparte en Pachango Noir. Su preferido es el cine negro, pero lo cierto es que a mí me gusta todo. Hay pocas películas que no me gusten y muchas que incluyo día a día en mi larga lista de películas favoritas, pues nunca he conseguido elegir una favorita entre tantas y tantas buenas que hay. Hace un año intenté hacer una lista de las que más me gustaban y la lista, aún en aumento, va por 594. Me encantan los carteles y las portadas y me gusta tener las películas ordenadas cronológicamente.

Música

La música es el perfecto acompañamiento de mi vida, una buena banda sonora que hace que cada momento sea mucho más especial.

Creo que cada actividad debe ir acompañada de la música adecuada y que es algo muy personal. A mí me gusta despertar con Chambao, desayunar con Ayo, salir a la calle con Pendulum, cocinar con Pavarotti, relajarme con Coco Rosie, cantar con Jamie Cullum y limpiar con Josephine Baker. Las noches en familia no son lo mismo si no está Michael Jackson presente y los días sin The Lost Fingers o The Baseballs no tienen estilo. Escuchar Hotel California me hace pensar en el Gran Cañón, Cheb Khaled siempre lleva mi mente a África, Marwan me saca las mejores sonrisas, Marilyn Manson me revoluciona y Vaivencida llena de dulzura tardes enteras. Los mejores momentos de mi vida vienen acompañados de Yann Tiersen y a Jamiroquai lo llevo hasta en la piel.

Viajes

Hace unos años, junto a mi madre, comencé a viajar y todavía no he parado ni quiero parar. Y aunque ya había estado en Paris, Madrid y Barcelona con el instituto, este era mi primer viaje en condiciones. Escogimos Hambourg como destino. De la mano de LTU, llegamos a Düsseldorf y fuimos en tren hasta Hambourg, donde nos alojamos en el hotel City Hotel Monopol, en St.Pauli. Allí pasamos unos días, visitando el centro de la ciudad y después yo me trasladé un par de semanas a la casa de unos familiares a Quickborn, un pueblecito precioso a las afueras. Volví con Eurolines. Después de este gran viaje, que me marcó de por vida, decidí comenzar a hacer de viajar mi modo de vida. Una amiga y yo nos unimos a una excursión de tercera edad de Paisajes por Pirineos, una semana en plena naturaleza, aprendiendo de cada una de las personas con las que viajábamos, conociendo pueblos y ciudades preciosas, como Puigcerdà, Vielha, Poblet, Bagnères-de-Luchon, Sort, Meritxell, Gerri de la Sal, Andorra la Vella y paseando por parques como el de Aigüestortes i Sant Maurici. Incluso nos relajamos en Caldea, rodeadas de montañas nevadas en pleno verano. Un año después visité a una amiga que vive en San Sebastián, ciudad que me hizo recordar y pensar en esa parte de la familia que proviene del norte. Poco después, disfruté de una breve pero maravillosa estancia en Roma y la Città del Vaticano. Todo allí es impresionante, te deja sin palabras, aunque creo que repetiré porque después de haber estado allí he estudiado arte y creo que ahora me gustaría más todavía la ciudad. El siguiente destino fue Porto, ciudad que en dos días me dejó encantada. Pasé allí el fin de año y poco más, pero la amabilidad de la gente y su gastronomía me dejaron tan contenta que volvería una y otra vez, aunque sólo fuera a comer una francesinha. Ese mismo año, mi hermana y yo nos preparamos para lo que sería el concierto de nuestras vidas, Michael Jackson anunciaba su última gira y había elegido el O2 de Londres para despedirse. Aunque, evidentemente, no pudimos verlo, sí que fuimos a la espectacular London y conocimos lo que pudimos en 5 días, incluyendo también Oxford. Encontramos el alojamiento perfecto, el Mina House, con una situación excelente y un buen precio. El siguiente fin de año lo pasé con unos amigos en Málaga, pero sólo conocimos la parte de Pedregalejo, un antiguo barrio de pescadores, y disfrutamos, aún con el frío, de sus azules playas y de una agradable estancia en Domus. Unos meses después decidí ir a vivir a Paris, a los 12m2. Esta parte de la historia os la sabéis más que bien y a quien no la sepa, sólo tiene que mirar un poco mi blog, pues Paris me marcó y se puede ver fácilmente. Tras haber recorrido gran parte de sus encantadores callejuelas y haberme despertado cada día mirando el Sacré Coeur, volví a València, ya preparando mi vuelta a Paris para unos meses después. La cultura árabe ya había entrado en mi vida y, acompañada de ma belle, viví una gran aventura en Tanja (طنچة). El Hotel Chellah nos encantó, sobretodo sus desayunos típicos marroquíes y, aunque al principio he de reconocer que nos daba un poco de miedo, acabamos encantadas con las personas que se nos cruzaron por el camino y que hicieron de nuestra visita un auténtico viaje, tanto físico como espiritual, al menos para mí, que decidí comenzar mi año musulmán. Paris volvió a ser mi elección al deber elegir un buen sitio para comenzar nuestra historia bonita. Esta vez el alojamiento fue en un hotelito cerca de Montmartre. Unos días después, Cádiz me acogió de tal manera que no quería volver a casa. La ciudad me pareció genial y la compañía perfecta, tanto que la escogí para vivir y un mes después me mudé. Los viajes siempre son una buena opción y siempre se aprende algo de cualquier lugar, y si, además, los preparas con ayuda de personas como Elvira, siempre salen bien :) ¿Próximo destino? :)

Fotografía

Idiomas

Aprender idiomas es una de las cosas que más me gustan, pues pienso que enriquece a una persona el hecho de poder comunicarse con los demás. Todavía mejor es cuando lo hacemos de una manera correcta y clara. Para poder hacerlo, necesitamos algunas nociones, aunque sean mínimas, del idioma en que deseamos comunicarnos.

Desde pequeña me ha gustado mucho el inglés, que lo aprendí en la escuela y que con el paso de los años he ido perfeccionando utilizándolo incluso en mi vida cotidiana. Considero que saber inglés es algo esencial en el mundo en el que vivimos y aprenderlo está al alcance de todo tipo de personas que quieran hacerlo, yo misma doy clases particulares y, como yo, muchísima gente hace del inglés su ocupación, aunque también se puede estudiar en una academia, on-line e incluso por televisión.

En el instituto comencé a estudiar francés. La verdad es que no se me da muy bien y debo decir que, incluso después de haber vivido en París unos meses, no lo hablo como debería y, aunque lo entiendo perfectamente, creo que debería solucionar mi expresión. Estoy investigando un poco y creo que lo haré mediante el Instituto Francés de Valencia, que ofrece cursos adaptados a diferentes niveles a los que se accede mediante una prueba de nivel. Además, no sólo se aprende el idioma, sino también sobre la cultura francesa.

Tras unos años sin estudiar ningún idioma, decidí comenzar a estudiar árabe, pues me atraía mucho la cultura árabe y me interesé en todo lo que la rodeaba. Combinando un par de cursos on-line, tanto de la Escuela Oficial de Idiomas de Valencia con su Caravana del Sur, como otros que encontré por internet, conseguí aprender a escribir y leer utilizando el alfabeto árabe, incluso con el ordenador. Así, poco a poco, comienzo a dominar la escritura árabe, aunque aún me queda mucho camino por recorrer.

También por curiosidad y ayudada por la amistad y el exceso de tiempo libre, aprendí un poco de italiano en un curso on-line y me parece un idioma muy bonito, ya que para mi gusto, tiene una melodía preciosa. Además, me fue bastante fácil empezar a aprenderlo por el parecido del vocabulario y algunos elementos de la gramática con el francés, el castellano e incluso con el valenciano, la lengua que llevo escuchando toda mi vida, pero que aún hay veces que debo consultar alguna que otra palabra en el diccionario.

También hay propuestas interesantes por Internet para extranjeros que quieran aprender español poco a poco y de una manera más divertida, mediante un blog de frases diarias.

De todas maneras, siempre he pensado que para aprender bien un idioma tienes que utilizarlo y no hay mejor manera que estar en un país en el que se hable. Para esto hay agencias que se ocupan de ponértelo fácil a la hora de buscar un trabajo en el extranjero, como Mag'aupair. Aunque siempre se puede hacer de una manera más aventurera y se puede uno plantar en un país en el que no entiende nada, que seguro que, a la fuerza, acaba aprendiendo.

¿De quién aprendes tú?

Todos tenemos un maestro, alguien que nos enseña lo que sabemos. Entre otros grandes maestros que he tenido y tengo en mi vida, está Mariví Saiz, mi profesora de Geografía e Historia del instituto. Este es su blog, donde comparte con alumnos y curiosos todas esas cosas que nos enseña de una manera genial :) Gracias, Mariví.

Y los demás profesores, que sé que a veces también pasáis por aquí, a ver si os animáis y os hacéis un blog también, que es una buena manera de compartir con alumnos y otras personas lo que tenéis dentro y que tanto nos hace aprender ;)

Y-PEER

De vez en cuando, no está mal acordarse de que hay personas que tienen una vida a un nivel diferente que el nuestro. Creo que es muy importante que, tenga el nivel económico que tenga o sea de la cultura o religión que sea, una persona tenga acceso a un nivel educativo básico en el que aprenda al menos a vivir de una manera saludable, con la información necesaria para tener una vida, como mínimo, segura. Es muy difícil hacer que esto ocurra siendo sólo una persona que quiere hacerlo, pero cuando un gran grupo de personas se empeña en conseguirlo, hacen que sea posible un avance que, bajo mi punto de vista, es totalmente necesario. Y-PEER se ocupa de ello, de llevar hasta esas personas la información que necesitan. Gracias a personas como las que trabajan o colaboran con Y-PEER, el mundo es un poquito mejor :)