Hay momentos en los que uno se queda sin palabras, o porque ya las ha dicho todas, o porque es mejor no hablar o porque, como diría la madre de Garp, "los ojos se disculpan mejor".
Hay momentos en los que no hace falta ni una sola palabra y que si dices alguna, salen todas las que no deben salir.
Así que... ¡silencio!
Y quien quiera entender que entienda...
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