domingo, 17 de octubre de 2010

Mentir... vale, ¡pero con cuidado!


Cuatro amigos universitarios se fueron de juerga un fin de semana antes de los exámenes finales. 
Se lo pasaron bomba. Despues de tanta fiesta, durmieron la mona todo el domingo y no volvieron
a casa hasta el lunes por la mañana. Como no habian podido estudiar, en lugar de entrar al examen
final, decidieron que al terminar el examen hablarian con el profesor y le explicarían la razón por
la cual no habían acudido. Le explicaron que habían ido de viaje el fin de semana y planeaban
regresar para estudiar, pero desafortunadamente tuvieron un reventón en el coche...
No tenían herramientas y nadie les había querido ayudar.
Como resultado de la aventura, no llegaron a tiempo al el examen final. El profesor pensó durante
un rato y acordó hacerles el final al día siguiente. Los cuatro amigos estaban eufóricos. Estudiaron
toda la noche y se presentaron al examen a la mañana siguiente. El profesor les puso en aulas
separadas y les entregó a cada uno su examen.
Vieron el primer problema, valía 4 puntos y era muy fácil.
"¡De coña!", pensó cada uno de ellos en su clase separada, "¡Esto está chupao!". Cada uno
terminó el problema y giraron el papel, en la segunda página sólo había una pregunta:
Por 6 puntos:... "¿Qué rueda exáctamente fue la que reventó?

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