jueves, 24 de junio de 2010

Más París que nunca :)

Hoy, día 24 de junio, Lucía, que sigue aquí porque se equivocó de vuelo y ha tenido dos días más de regalo en París, se ha levantado “amb l’ull tort”. Sigue teniéndolo en estos momentos. No me he reído mucho de ella porque estaba medio dormida cuando me lo ha dicho, y tras dormir una noche en el suelo y ver una cama vacía, poco te importa lo que hay alrededor. Contra todo pronóstico, hace un calor de muerte y estamos quemadas porque ayer salimos a la francesa, es decir, a las 15:30 empezamos la fiesta. Fuimos a Montmartre, bajo mi querido Sacré Coeur a tomar el sol tumbadas en la hierba y, como somos tan blancas, acabamos rojas… o rosa fosforescente, como más os guste. Lo cierto es que a las 18:30 ya no nos teníamos en pie y nos acostamos un rato allí mismo, con la primera brisa del día, que creo que fue el más caluroso de los días que hemos estado aquí, aunque parece que hoy va a ser por un estilo. Un niño encantador estuvo jugando con nosotras y nos intentó meter mano como buen argelino. A las 19:30 nos sentimos más francesas que nunca y nos bajamos a cenar junto a le Moulin Rouge. Allí habíamos estado también la noche anterior. Nos sentamos frente a un pub en el que entraba gente muy pija y se oía la música desde fuera, así que observamos y criticamos como buenas españolas. El caso es que delante de donde estábamos había otro chico sentado también de cara al pub y, tras un rato observándolo, nos dimos cuenta de lo que hacía: ocultaba sus manos bajo la chaqueta que había puesto sobre sus piernas y se masturbaba mirando a las chicas que salían del pub. No fuimos las únicas que nos dimos cuenta, unos ingleses que iban a entrar al pub lo vieron y comenzaron a hacerle fotos y a gritarle “stop that now!” y cosas por el estilo. El chico no se daba por aludido y continuó con su faena. Junto a nosotras se sentaron otros dos chicos y pensaron (hay que ser muy tonto…) que al otro le hacían fotos y le saludaban porque era famoso, así que, uno de ellos se acercó y le saludó, dándole la mano. Lucía y yo estuvimos riéndonos muchísimo tiempo, hasta que el mismo chico que le había dado la mano al cerdo aquel, se acercó a saludarnos a nosotras y también nos quería dar la mano. Lucía le dio una toallita y les explicamos la situación. Querían que nos fuéramos con ellos de fiesta, pero les habíamos visto beber y no íbamos a subir a su coche ni locas, así que Lucía le dijo que si ella conducía sí. Y así fue, le prestó su coche y fuimos a dar vueltas por París intentando encontrar un sitio para bailar, cosa imposible a partir de la 1 aquí. Volvimos a mi casa juntas y dormimos tras ver “¡Átame!”. Esto comienza a ser muy largo, así que os dejo ya, con este nuevo slide de la gente que hemos conocido, nos ha parecido graciosa o que ha salido en nuestras fotos por voluntad propia porque sí y punto. Muchos besos a todos y espero poder continuar con esto. ¡Hasta pronto!



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