Estar dentro de la Sainte Chapelle es como estar dentro de un caleidoscopio. Cada minuto que pasas dentro, las paredes de colores son más negras y las vidrieras cada vez brillan más. Llega un punto en el que te encuentras en una oscuridad total, con miles de reflejos de colores alrededor. La luz entra caprichosamente entre esos pequeños trozos de vidrio y va iluminando cada rincón de la nave de una manera diferente. En mi opinión, es lo más bonito que existe, el monumento que describe el arte como tal, para mí ese lugar entero es arte.
Algunas cifras:
La Capilla alta mide 33 metros de longitud por 10,5 metros de ancho. Sus bóvedas se elevan a 20,5 metros.
Las vidrieras datan del siglo XIII (de 1242 a 1248) y cubren una superficie de 640 metros cuadrados. El 70% de los vitrales son de origen. Cada vidriera mide 15,5 metros de alto en la nave y 13,5 en el ábside. En ellas se representan 1113 escenas de la Biblia.
El rosetón tiene un diámetro de 9 metros y data del siglo XV.
No hay comentarios:
Publicar un comentario